Quiero ser parte de una historia

por Arkaitz Vivanco

Las redes sociales están en constante cambio y con ellas la forma de comunicarse. Los más rápidos a la hora de adaptarse a estos cambios son, en su mayoría, los que acaban formando ese exclusivo grupo de gente llamado influencers. En la constante evolución que mantienen estas redes hay personas, momentos y lugares que destacan y marcan la tendencia a seguir por el resto de usuarios.

En España, dentro del universo Twitter, esa persona fue Manuel Bartual. El momento fue sus vacaciones de verano y el lugar la habitación 328 de un recinto hotelero de la costa española de nombre desconocido. La historia fue uno de los primeros “booms” de lo que se conoce como ficciones interactivas en tiempo real. Los resultados se podían observar casi de manera instantánea: más de 350.000 seguidores nuevos, TT a nivel mundial en varias ocasiones y una legión de nuevos twitteros deseando que Manuel vuelva a coger vacaciones. De hecho, fue tal el éxito, que trató de repetir experiencia e incluso Planeta publicará un libro de Bartual bajo su sello. 

La gran innovación que supuso esta historia fue que la gente pudo formar parte de la ficción como no lo había hecho antes. Podían hablar con el autor, dar ideas, compartir su opinión con el resto de usuarios y debatir sobre cómo continuaría el relato, teniendo que esperar a que el autor decidiera avanzar en su cuento. La historia no era lo más importante, quizás no fuera un texto extraordinario, pero la gente comenzó a formar parte de un fenómeno conocido como storyliving. Para Bartual, buena parte del éxito del hilo se debe a la ambigüedad sobre si estaba pasando realmente o no. “Twitter es una plataforma en la que la gente da por hecho que lo que se cuenta es verdad, como ocurría con el formato documental en el cine”, explica. “En ningún momento dije que lo que contaba fuera cierto, pero se dio por hecho”, lo que hizo aumentar el suspense alrededor de la historia y las ganas de interactuar. 

Fueron muchos usuarios los que predijeron que las marcas no tardarían en subirse a la hora del fenómeno impulsado por Bartual, y por supuesto, no se equivocaron, como se pudo observar con el caso de Renfe hace no muchos meses.

Y tú, ¿has visto algún ejemplo de storyliving últimamente?