Asistencia vs privacidad
por Teresa UriarteTrabajas en la recepción de un restaurante. Entre todo el ruido de la sala, suena el teléfono. Un hombre que se llama Daniel quiere reservar una mesa para dos personas el viernes tres. Tú, como recepcionista, haces la reserva. Te da las gracias y cuelga.
No era una persona, era un robot.