El éxito improbable de Moleskine

por Francisco J. Pérez-Latre

descargaLos diarios sufren en la era digital, pero los cuadernos de papel permanecen. Moleskine viene de otro año excepcional, donde vendió 17 millones de sus “legendary notebooks” (gran lema de comunicación, por cierto).
Moleskine es un buen caso porque sabe que para seguir siendo un icono en la era digital (que considera una gran oportunidad) tiene que hacer múltiples cosas: aplicaciones para sincronizar sus calendarios con Google, Apple y Microsoft; acuerdos con Evernote; ventas “online” (el 15% se venden en la red); ventas en sus propias tiendas (tiene ya unas 30) o ventas en tiendas de otros; alianzas con Peanuts o Lego para para realizar ediciones especiales de cuadernos; actividad intensa en redes sociales; organización de conferencias y eventos. En su plan de comunicación son clave los medios “ganados”, el boca-oreja que generan sus consumidores y vendedores.
El mítico cuaderno de tapas negras es producto del redescubrimiento de un pequeño editor milanés en 1998. Ahora diseñadores, arquitectos, escritores y viajeros de todo el mundo se han convertido en fans de Moleskine. En realidad, Moleskine no es un cuaderno, sino una plataforma para la creatividad. Imaginación, viajes, recuerdos, ideas e identidad personal sustentan su cultura de la marca.
Pero la reflexión sobre Moleskine puede ir más allá. Podríamos pensar que la hora del papel ha pasado, pero siempre es posible devolver el brillo a las buenas ideas, conectando de nuevo con los públicos. Para eso es necesario ser creativo y hacer muchas cosas. Otros productos de papel (libros, diarios…) pueden aprender porque en la era digital el papel tiene futuro (pero no cualquier papel, claro).

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http://digiday.com/brands/moleskines-analog-meets-digital-strategy/
http://c4etrends.blogspot.com.es/2012/09/quien-dijo-que-la-gente-ya-no-escribe.html